Blogia
SAL SI PUEDES

Recuerdos de la infancia

Recuerdos de la infancia Entró al patio de la vieja casa, el aroma de azahar le recordó la niñez perdida; cerró los ojos y pudo sentir el beso en la mejilla, la caricia cotidiana y la sonrisa de su abuela.
El azul del cielo y la tibieza del sol le dio nostalgia.
Encendió un cigarrillo y comenzó a recorrer esos pasillos teñidos de historia, esas paredes deterioradas por los años que aún guardaban algunas marcas de retratos colgados, huellas del tiempo pasado.
Retiró las sábanas blancas ya amarillentas, que inútilmente trataban de proteger del polvo los viejos sillones y se sentó a disfrutar de los recuerdos.
El olor a pan recién horneado y a café con leche lo despertaban en las mañanas, deprisa se vestía e iba a la cocina, se deleitaba con los cuentos de las mujeres de la casa, que se cocían al igual que los guisos y las mermeladas a fuego lento.
En aquella época parecía que la prisa no tenía apuro y todo transcurría pausadamente.
La risa tímida de su prima Eugenia le llegaba desde la calle jugando a la rayuela con su amiga Alicia, a través de la ventana podía ver como sus faldas revoloteaban al viento mientras con una pierna sola trataban de pasar los recuadros...uno, dos, tres, cuatro, hasta llegar al cielo.
Ariel, dale vení te estamos esperando para el picadito, animate, dale que falta uno, le gritaba Juan desde el umbral de la puerta.
Así, sin cambiarse salía corriendo tras la pelota a ver quien hacia más goles, para luego ir por un helado en lo de Don Manuel.
En las tardecitas se reunían bajo el jazmín, a tomar mate mientras, tejiendo y destejiendo historias que jamás sabría si eran verdad o fantasía, esperaban a los hombres llegar del trabajo.
Como una avalancha los recuerdos se fueron atrincherando hasta dejar escapar un lagrimón, apagó el pucho contra el piso polvoriento, besó la foto de la abuela Ana, cerró la puerta y se fue.

5 comentarios

Manuel -

Cuando no, simplemente en algún momento de la vida, nos detenemos y buceamos en el cajón del recuerdo. Brillante.

white -

El aroma me que hace viajar a tiempos pretéritos es la madreselva, por eso la tengo en mi jardín. Saluditos

Rigel -

Y esos recuerdos se convertirán en islas de refugio en medio del mar turbulento de la vida adulta.

Rigel -

A mí me parece un recuerdo agradable de la infancia y deja esa sensación al leerlo.

kris -

Un placer pasear por tus letras...sólo he leido, hasta el momento, esta historia que pudiera ser cotidiana y que deja sensaciones y pensamientos según vas leyendo...

Gracias por hacer posible que llegue hasta aquí. Es un regalo.

Un beso, wapa.